el poema de los otros llueve sal en la mirada

El poema de los otros llueve sal en la mirada.

El poema de los otros llueve sal en la mirada, impasible de poetas en tiempos de nostalgias.

El poema de los otros lleva al azul marino de una costa cercana a la de algún otro poeta donde pululan las llagas dolientes y exiladas.

El poema de los otros huele a penas divinas entre sábanas blancas y espumas de aves marinas, a entristeidos pasos, oleajes y retiradas, renuncias, desalojos, recuerdos de alma sin nada.

No quiero doler en poemas de otros poetas ajenos. Quiero sentir que mi pena se parece a la dura pena de aquél otro dolor que una vez no se escribió.

El poema de los otros fue un canto de amor a la esperanza y el fuego de otros ojos lo convirtió desamor Ahora es verso breve, lágrima eterna y silente frente a los ojos del mar que alguna vez le cantó.

Flamean banderas de otros sombras en barcos perdidos, sin velas buscan tan sólo algún verso en azul de azul marinero, perdido entre algas y de otros mares. No son los mios.

Leo el poema de los otros con delicadeza acuciosa, deletreando cada verso con ojos de sal en sus aguas. Cuántas veces me arrodillo frente al poema de los otros y en mis manos llevo el ramo de palabras infinitas, hechizos y margaritas.

A veces canto y rezo con palabras deshechas. No quiero doler más en el poema de los otros aquel otro poema que una vez no se escribió Suelo leer estos versos con ojos de azul,salados.

El poema de los otros se acerca hasta la orilla de algún mar encantado vacío de esperanzas se siente en las noches de estrellas y azules para cantarle al dolor de otros barcos encantados por hermosas sirenas perdidas en distancia, en las estrellas.

Los culpables no son viajeros infinitos. Ahora, son olas que braman en las selvas de Gerbasi, buscan la imagen del padre y vieja aldea de nubes y caracolas. Los mares que se cruzaron con la fiebre de los ríos con las llagas del espanto y los sonidos del silencio renacen cada mañana en despertar de azul en cumbres de lejanías.

El verso de los otros son versos sin horizonte, una vasta extensión los hace nacer de recuerdo. Son poemas que se posan sobre las velas del barco sobre el intenso azul de los cielos sobre las selvas del espanto.

Son poemas cargados de olores a tierra humedecida y se me abrazan a la vida en cada atardecer. Son poemas que se oyen desde montañas o ríos con canto del cristofué y cocotales al viento.

El poema de los otros desde los mares, trae la sal a mis ojos...