Un Amor desconocido

Te quiero”, una palabra que nunca te he dicho, tú no me conoces ni yo a ti, no sabes mi nombre,
tal vez en alguna ocasión me viste, pero no miraste,
tal vez pase frente a ti varias veces, tal vez no,
quizá nuestros caminos se han cruzado en más de una ocasión,
quizá mi cobardía o el hecho de que para ti no existo,
es lo que me han impedido decir “Te Amo”, quizá nada de lo que he escrito hasta el momento haya importado para ti, para mí sí.
Te he visto en más de una ocasión, y en lugar de dejarlo pasar, he querido detener el tiempo, en ese instante parar el reloj,
impedir por siempre su paso, ¿Porqué? No sé, tal vez fue que me perdí en tus ojos de cristal desde la primera vez que los vi, tal vez fue el destello de tu sonrisa, expuesta ante mí por azares del destino,
destino que ahora tanto bendigo, te he visto, te he mirado, me he quedado en silencio contemplando tu rostro…
Solo un hola me ha separado de conocerte,
un te quiero ,
tal vez nunca me conoscas , tal vez si, quizá algún día tendré valor para verte a los ojos y decir te quiero , buscar la forma de acercarme a ti, ser más que tu amigo,
¡Quien sabe! Los torcidos senderos de la vida pueden ser benévolos de vez en cuando.
Esta carta, que tú nunca leerás, esta carta que tiene dos dueños, un alma y una inspiración, me es desconocido tu nombre…
Me es indiferente si tienes compromiso, si el destino con toda su sabiduría, me ha permitido verte, tal vez con un poco de misericordia me permita conocerte…
Hasta entonces, seguiré siendo quien te escriba palabras que jamás conocerás, quien te mira de lejos,
quien te mande versos con el viento, quien implora a la luna sea su cómplice y me preste sus ojos para verte cada noche…
Quien desde que te conoció vive sonriendo, porque hasta entonces conoció lo que hay detrás de una sonrisa,
quien espera ansioso contemplar tu paso frente a mi, expuesto y a la vez oculto entre la inexistencia de lo desconocido.
Seré, aquel que cada noche sueña con conocer tu nombre, quien anhela hallar refugio en tu mirada, quien vive por sentir una caricia de tus manos, quien hace hasta lo imposible por verte a diario.
Tú no me conoces, no sabes mi nombre, pero si de algo puedes estar segura, eso es que, si jamás hablase contigo,
si jamás cruzáramos una palabra siquiera, con que solo me dejases verte, sentir tu aroma y la caricia de tu mirada, solo ver tu rostro acariciado por la luz, luz bendita y mil veces afortunada,
luz que tanto celo me causa, ver tu cabello ondearse con el vaivén del viento…
Con eso, solo con eso, soy inmensamente feliz, no me importa el resto del mundo ni lo que pase alrededor, solo te pido me dejes contemplarte, hasta el día que rinda cuentas al creador.
Este desconocido que quizá algún día ante ti se presentará, hoy te escribe esta carta que nunca conocerá final, nació de la inspiración que tus ojos me han causado y cada vez que yo los vea, cada vez que vea tu rostro, tu sonrisa,
cada vez que te vea pasar por el pasillo, aún con prisa, este desconocido se inspirará y esta carta en consecuencia no conocerá el final.