Es ahora que castigas mi presencia,
con esa ausencia tuya
que incomoda y me hiere,
sin embargo,
la cruel esperanza de verte mañana
alimenta de fuerza mi espíritu,
para poder seguir aquí
esperando tu ansiado regreso.
La ausencia de verte y de oírte,
hace que naufrague en los comienzos,
de cuando tú me eras distante
y yo te era indiferente,
cuando todo era nada,
esperando nacer, para crecer en ti y en mí.
Buscamos un futuro que al parecer no existe,
luchamos por alcanzarlo y vivirlo,
por encontrarlo y recordarlo,
pero no nos damos cuenta que está lejos,
y que no ha de venir ni se ha de encontrar
pues ese futuro, es éste.