Sólo un hombre de los sueños

Nuestro admirable "Hombre de los Sueños"
tierno, tan dulce y al mismo tiempo gratificante.
LLegas ... te vas ... sin dejar huella
con paso firme de caballero elegante
benefactor nuestro, nos inundas de bienestar.
A solas invades el rincón más sagrado
de los pensamientos, lugar al que accedes
sin tener que abrir ninguna puerta,
las traspasas como si no existieran.
Contigo, no existe el silencio
porque ¡Tú! eres la existencia plena
del puro diálogo sin palabras.
Sabes compartir nuestras alegrías,
a las que recibimos con sincera gratitud,
sin ellas seríamos un mar sin oleaje.
"Hombre de los Sueños"
huracán que nos haces despertar
del aletargamiento
latente en el interior de cada ser.
Te recibimos, dispuestos a soñar contigo
!el sueño de la vida!
En el que intentamos aprender cada día
que no existirán muros, si no los queremos ver.
Damos vueltas, día tras día,
para encontrar nuestro perdido camino.
¡Los matojos, lo han ocultado!
Tendrás que volver a inventarlo.
Pero no tengas prisa
sólo los verdaderos retos nos hacen palidecer.
Nos traes esa energía positiva
todavía más necesaria que el aire que respiramos.
"Tú" puedes crear un Nuevo Mundo
en él vivirán personas con gran valentía
dispuestas a darlo todo, sin esperar nada.
Manantial, que no dejas de fluir,
que acudan a ti
todos los que quieran satisfacer una sed
que jamás se agote.
Manantial, lleno de bondad.
Perdona nuestra sordera cuando no te escuchamos,
perdona nuestra ceguera cuando no te sabemos ver.
Tras la ansiada esperanza, llegas "Tú"
para confortar las almas extasiadas
con el simple soplo de tu presencia.
Cuando nuestro rumbo no encontraba la brújula
para orientarse
cubres con manto de riquezas la Estrella del Norte
que aparece brillante e imperecedera
ahí sigue para orientarnos
por los siglos de los siglos ...
Ella alegrará la tristeza de los peregrinos.
Cuando el alma zozobra
yendo a la deriba, sin ningún objeto
al que poder aferrarse, llegas "Tú"
... Hombre de los Sueños ...
Es gracias a ti, gracias a tu divina sombra
que nos enseña a no desear
agradeciendo lo que ya tenemos.