EL ÙLTIMO DE LOS SUEÑOS

Allí,

donde rompen las olas

el rojizo rostro del crepúsculo

sobre los acantilados sedientos,

en ese lugar ignoto

refugio de las horas

guardianes de los ecos,

moran en su templo sagrado

los más bellos sueños.

Necesito ir contigo,

abrazado a tu descaro,

para llegar hasta ellos,

para cruzar el onírico umbral

mientras los rayos de sol

estremecen los sentidos

anegados de proyectos.

¿No ves que sin tu apoyo,

mi pie responde torpe,

que cuento por millares

todos los tropiezos?

¿Qué ríen maliciosas

las máscaras de hierro,

atrapando en un suspiro

la fugacidad de este momento?

¡Dios, si al menos un duende

atravesara las lindes

de esta realidad!

Pellízcame ahora,

ahora que sueño despierto,

no me dejes dormir,

nunca me dejes

en este mundo sin sueños

y vámonos pronto

por ese tortuoso camino

desprovisto de senderos,

donde el eco de las horas

clava su voz en el viento,

donde se extingue solitaria

la lámpara de mis sueños.

Vámonos convencidos

hacia la cometa soñadora

que desafía con su vuelo

la bonanza sin deseos,

para retozar como niños

bajo la asombrosa luz

de los acantilados sedientos …..

Para perseguir sin descanso,

sobre la cresta de las olas,

hasta el último de los sueños.