El último diálogo...

¿Cómo te sientes?
-ahí...
Que clase de respuesta es esa,
tan vaga,
tan dispersa
-no lo se,
-quizá es que no quiero hablarte...
Entonces, ¿para qué me llamas?
-no fui yo,
-fue mi corazón,
-está asustado...
-cree que va a morir
¿Y eso por qué?
¿Algún desamor?
-pues si, he regalado de él
-una parte importante
-y a ese amor
-tuve que dejarlo ir
-pues yo para él
-no era tan importante
-y así mismo me dejo partir
-no me retuvo
-y aún no me ha devuelto
-la mitad que de mi corazón le di
Ah entonces es muy fácil,
Sólo tienes que sobrevivir
Con esa mitad
Los corazones no saben,
Pero aunque su tejido no se puede reproducir
Son más resistentes
De lo que parecen
Y esas heridas cicatrizarán
Para siempre
Es cuestión de amarte a ti mismo
Y dejar los muertos dormir.
Si me invocas de nuevo,
No será ya un consejo
Lo que obtengas de mi
Así que piensa primero
Antes de volver a invitarme
A venir por ti
-te vas?...
-acompáñame
-es irónico escuchar a la muerte
-aconsejarte
-a vivir
- y aunque ya siento un frío intenso
-que me hiela la sangre
-y entumece mis huesos
-en realidad no se si corazón querrá
-verte partir
-sin que antes escuches lo que el tiene que decir
Está bien, lo escucharé por ti
Creo que mereces ser feliz;
Pero si no aprecias lo que te brindo
No tienes razón ni porvenir
¡Habla corazón!
Te escucho…
… ... ...
… ... ...
… ... ...
¡Que lástima!
Era una vida
Que merecía otro fin…