Hermano,
ese Cristo al que veneras;
ese Cristo tuyo, al que adoras
y dices amar.
Ese Cristo, clavado en una cruz;
ese Cristo de madera, de bronce,
de oro, de plata o de cualquier
material.
ese Cristo, idolo, que solo sirve
para adornar tu pecho,
las casas, las oficinas y
que se encuentran en joyerìas,
ventas callejeras, baratìas o en la
vuelta de la esquina.
ese cristo està muerto;
lo quieras o nò es un cristo muerto.
Te invito a que amemos al otro Cristo:
al Cristo sin rostro,al cristo que averguenza
a nuestra sociedad.
Ese Cristo reflejado en el rostro de los niños;
de los desplazados,de los sin techo, sin tierra;
de los perseguidos, de los enfermos,
de los ancianos,y mal llamados desechables
de los leprosos,y de las mujeres de la calle,
en fin.
Los invito a adorar ese cristo
que nos fastidia, que odiamos, o que simplemente rechazamos.
Los invito a adorar
a ese Cristo que no nos atrevemos a mirar:
por temor,por pena, por inconveniente;
o, simplemente, por egocentrismo.
Te invito a que amemos al verdadero cristo.
A ese Cristo real, vivo,de carne y hueso;
al mas pobre de entre los pobres.
"Tuve sed y me disteis de beber"
"Tuve hambre y me distesis de comer".
Gracias por tu poesia, mer ha encantado, hay que tener valor hoy dÃa, cuanto necesitamos de adorar a ese Cristo "que ejemplo nos dió" y nos estan dando los que le siguen, por ejemplo "Juan-Pablo II, sigue en esta linea y no te olvides de mÃ.Gracias