En un mundo triste que viaja sin destino
Hay grandes personas que buscaron a Dios.
sufrieron, lucharon, se cansaron, triunfaron
Patricia, tú fuiste contada entre ellos,
nada te detuvo, ¡luchaste con valor!
En tu frágil cuerpo, Dios puso su marca
Te dio espíritu fuerte y un gran corazón
nada te hizo mella, seguiste adelante
sirviendo a tu Cristo, siempre fiel a Dios.
Madre, esposa, maestra de niños y leal compañera
compartiste tu vida y tu hogar para Dios;
junto a los tuyos ofrendaste tu vida
y con diligencia sirvieron al Rey Salvador.
Patricia, corona te espera en el cielo
no duermas, espera despierta el clarín final
y trémula escuches, tu nombre en el cielo
y Dios te abra los brazos para la eternidad.
Patricia, ¡No duermas! tu Rey viene ya.
Maser - Perú