ELLA cantaba…

Autor: Rolando Manuel Anicama Zapata

Cuando la roca y el agua tornasoleaban,

y  la ventana anunciaba en silencio

la cercanía de la oscuridad,

ELLA cogía la tela

y la alisaba y la alisaba,

la alisaba y la alisaba;

al alisarla el sonido de sus manos

le recordaban unos versos,

que en noches alegres cantaba,

y los cantaba y los cantaba,

los cantaba y los cantaba,

porque sabía que esa noche

ELLA iba a llorar.

El campanario daba la nota doce

y saltaba a la primera de la madrugada,

su canto limpio seguía el alisar de la tela

y le aliviaba su nostalgia por los besos y caricias

idos con el tiempo,tiempo de amor a ocultas

entre el plenilunio, el barro  y las cañas,

furtivo amor que decantó en escape escondido

entre fuertes pasiones y turgentes suspiros

que en la huida coreaban aquellos versos

que en el creciente con el alma musicalizaba,

porque sabía que esa noche

ELLA iba a llorar.

El campanario había saltado tres grados,

la madrugada pintaba su celaje negro…

Entre el doble paso de casas oscurecidas

se oía el sonido de vacilantes pasos,

dejó de alisar y detuvo su cantar,

vibraban sus oídos en silencio

esperando el eco tan deseado;

que dulce es el olor al tabaco,

que  agrio el aroma destilado,

la amada figura cruzó el dintel,

entro la indiferencia,arribaron los gestos,

golpearon los movimientos.

El campanario lanzó su última nota,

callada cerró sus ojos y preguntó,

preguntó y preguntó, preguntó y preguntó:

¿dónde están las letras de mis versos,

dónde mis cantares,

dónde mis lágrimas que no alisan mi telar?;

callada abrió sus ojos y esperó,

esperó y espero, esperó y esperó,

porque sabía que esa noche,

ELLA iba a llorar.

Ica, 04/01/2022 — 20/10/2022.