No escogí a mis amigos por su nombre,
ni por la frontera del mapa que nos separa.
Los escogí por su raíz de pétalos perfumados
de manos que elevan sus letras en caracolas
profundas que inscriben en las nubes azules
un aletear nuevo de encadenadas palabras.
Encadenas entre morfemas y fonemas
libres, como lo son los pensamientos,
no en orden estricto de catorce sílabas,
ni en desorden desarmónico de verso blanco
sino en armonía, buscándola, bebiéndola
en ritmo interno, en rimas imperfectas
o perfectibles de llegar al parnaso de los dioses.
Esos son mis amigos,
aquellos que elevaron sus voces,
esos a los que les dolió o se les esculpió
una sonrisa de ternuras en el alma,
los amigos que caminan conmigo
y que a veces con manos salvadoras
y en sigilo se acercan, para sostenerme
en el abismo de las cosas donde espinas
aún en los más bellos trigales,
alzan sus filos de cuchillo y horadan
los filamentos ya agrietados del alma.
A esos amigos sinceros,leales,lejanos o cercanos
porque así se recorren las diferentes playas.
A esos amigos,
patiperros que no se atisban casi
en el horizonte, a esos amigos
sin fronteras a ellos les regalo
los versos que de aprendiz
alguna vez dejé en sus playas.
be bj