Ella

Es otoño.El viento, sastre invisible,

Despoja a los árboles de todas sus galas,

 Dejando desnuda la memoria de mi jardín,

 Mientras, el otoño borda silencios en cada hoja del roble.

Caen las hojas de las arboledas

Almas son. Deshaciendo, desgarrando sus ropajes

Despidiéndose de su resguardo,

De su querencia...

¡Oh dioses!

Inmenso dolor cubre mis entrañas cada temporada...

Tristes, muy tristes recuerdos de esta época

La tierra se alfombra en estepa amarillenta

Hojas muertas y mariposas monarcas de los aires

En mi ser se vuelcan lágrimas

Sentimientos de ausencia...

Fue una aciaga, hermosa tarde,

Un letal ocaso en movimiento puesto

Herida naranja y ocre

Hendiendo el firmamento...

La obscuridad empezando a devorar el firmamento

Colmillos afilados de sangre y oro.

Ella...

Me abrazaba con angustia y desespero

Temor en su mirada, temblaban sus manos

La hora del adiós se acercaba

Su vela apagándose estaba

Yo, amigos, hermanos, no lo entendí.

Mis ojos, cubiertos por la niebla del desconcierto,

 No veían el presagio en sus manos temblorosas,

 Y el alma, permanece extraviada en su laberinto,

 Ignoraba el mensaje cifrado en su abrazo febril

¡Ay, dioses! Ceguera maldita de hombre

Obtuso fui, pensar que era un ligero malestar

Adivinaba ella su fin, señal en clave Morse

En su abrazo de intensa ansiedad.

Con esfuerzo tenaz, un árbol del jardín señaló

Una última hoja del árbol colgaba

Sus ramas crujían, con el viento descarnadas

Era otoño, madre de todo los seres.

Yo seguía ciego, sin comprender todavía

Que la parca feroz, con su guadaña esperaba

Su voz se quebró y volvió a señalar

La última hoja del árbol colgada.

Con voz apagada, en esfuerzo inaudito

Me dijo, con la última hoja del árbol me voy

Con la última hoja del árbol me voy, repitió

Y finalmente un beso de amor me dejó.

Cuando la última hoja se desprendió,

 El tiempo se detuvo sin compasión

 Y el silencio se hizo eco de su adiós,

 Como si el universo contuviera la respiración

 Ante aquel instante final tan precoz.

La última hoja del árbol cayó,

¡La última hoja del árbol cayó...!

Y su cuerpo, en su abrazo laxó

De mi cretina modorra al fin desperté

Mares de llanto en total frustración

Sobre su cuerpo exánime, ahí derramé

Fue su muerte temprana, despojo de toda ilusión.

Y fue una linda, aciaga tarde de otoño

De un letal ocaso ya casi puesto

Cuando la última hoja del árbol cayó

Con fuego gravada en mi pecho y mi mente

Esa imagen siempre la tengo presente

¡Por eso, mi amor... con ella quedó!

In Memoriam... Amor.