En cada soneto

Fuera del orbe de tus sienes moro
inhabitado, derrumbado, triste.
Sólo al pensar que de mi amor huiste
toda mi vida, toda la deploro.
Hubo razón quizá; pero lo ignoro.
Llevo en el alma doloroso quiste
porque al perderme tú también perdiste
como en la arena casi siempre el toro.
Fuiste tesoro de mi amor secreto,
fino diamante al que rendía culto
con devoción y con algarabía.
Empero tú, soneto tras soneto
oculta estás sin sombras y sin bulto
dentro de mí como mi fantasía.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC