Viviremos juntos, la entrega indispensable
el olor a nosotros, a la casa, a la profunda
equidad del amor que por amor es estable
jugando los rincones de tus ansias iracundas.
Y en cada atardecere de ocasos irremediables
la voz del debate y la discusión placentera,
el escrito del poeta, el derredor estable
callar los inviernos, sin que lleguen primaveras.
Husmear el escondite de gnomos atrevidos
cambiando los lugares, saliendo a la rutina,
tocando el cielo y en cada desvío
tus ojos silencio, mis promesas cristalinas,
Vivencias nuestras, que al verde simulacro
de una estaciòn callada, los gritos la reviven,
tener en cada flor un tallo, y en cada tallo el tacto
de la suavidad eterna, que nada obliga, que nada pide.
"..R.N.."