TRAS TU PARTIDA...

Tú te alejarás de mí, como la aurora
se aleja suavemente de este cielo;
no regresarás nunca, y en las sombras
viviré ahuyentando tu recuerdo;
no veré más el cáliz de tu hermosura
ni la débil mirada de tus ojos de fuego.
Tú te alejarás, y dirás en otro ambiente:
“Tuve un amante fiel hasta en sus sueños,
nos separó la desgracia de un destino
sin romperse nuestro hilo del afecto”
Y, entre otros, te surgirán nuevos amores
mientras para mí nunca pasará el tiempo.
Tú te alejarás, y recordarás que me quisiste
y me olvidarás cuando nazca un amor nuevo;
yo me quedaré aquí, triste y apenado,
implorando por tu bienestar al cielo;
tú no dirás nada, ni siquiera una plegaria
asomará a tus labios por un momento.
Y así apenado estaré a todo instante
sin pensar si existe el sentimiento;
tú, alegre, andarás de otros brazos
y, pensativa, te apoyarás en otros pechos;
no dirás nada que descubra mi cariño
y te hundirás para siempre en el silencio.
Trataré de olvidarte fingiéndote odio,
sin pensar en lo mucho que te quiero;
olvidaré que inspiraste mis poesías
y que forjaste el cristal de mis ensueños,
pero sé que estaría delirando
pues olvidarte nunca podré hacerlo.
Tal vez un día te acuerdes de mi nombre
y pensarás que te di tu primer beso,
allá, bajo los árboles frutales
que con cariño crecían en tu huerto,
amparados por el murmullo de la acequia
y que hoy debe ser un cauce seco.
Soñarás también que te hice mía
cual si fueras la ofrenda de mi templo,
y discúlpame que haya profanado
el cáliz sagrado de tu cuerpo,
pero lo hice para que recordaras
que nuestro amor nunca fue un juego.
Te amaré plenamente en el verano
y recordaré tu calor en el invierno;
tú ya no estarás como hace poco
acariciándome con las ondas de tu aliento;
pasarás desapercibida para otros
y yo no creeré que mis brazos te perdieron.
Y tendrás muchos hijos de otro hombre
y me habrás olvidado por completo,
mientras yo, con cada hijo tuyo,
sentiré cómo crece mi remordimiento;
odiaré a los seres que tienen suerte
y para siempre tendré alma de hielo.
Te habrás ido en viaje a tu destino
y no sabré jamás tu paradero,
tal vez permanezcas en un sitio
o no dejes de viajar el mundo entero,
pero es lo mismo, pues para el poeta
la muerte viene cuando tú estás lejos.
Y recordaré mi vida desgraciada
y te la daré con dolor en estos versos;
tú me olvidarás para siempre tras tu partida
y ni seré la sombra de algún muerto;
y serás una parte de mi historia,
la única que tengo hasta el momento.