En esos detalles.

Debo reconocerte la falta que hoy me haces
en cada soledad que se pierde en mis quimeras
oscursa tardes y esos capullos que deshacen
las vueltas de la vida recurriendo a lo que eras.
Debo allanarme las respuestas y venerarte
en la justa medida medida de una languidez cercana
en esos detalles que hicieron que quedarte
fueran el tormento de despertar en mis mañanas.
Y debo perdonarte el deber de haber alcanzado
la cima de tu mundo dispuesta y sin aliento
buscando la estatura de algo que callado
murió en con el honor de respetar mi sentimiento.