A los enterrados en fosas comunes durante el franquismo

Un susurro esparce su inmaculo designio, de ser mas potente, nunca jamas ambiguo. Lanza contra los que se parapetan,  su luminoso filo que mana sangre y sentimiento. Quiere estallar, prorrumpir en grito y desvanecer los muros que le enfrentan. Alli esta la batalla, el ultimo conflicto, la guerra nunca terminada. Donde reposan los cuerpos insepultos, victimas de dos bandos que nunca debieron ser. Un enorme corazón palpita en cada hoyo con la ternura de un rio que se despeña contra nada, que no encuentra el mar para terminar el camino. Y hablan de olvido, olvidar, quien pudiera ser como el niño que tropieza en la misma piedra pero siempre se levanta y olvida el daño y con las manos jura que no se volvera a repetir. Ellos no, ya no se levantaran, ni reiran, ni amaran, pero el clamor de su sangre no se acalla que llama a la justicia ya sin llanto y sin penas y nos recuerdan, que las ideas nunca se olvidaran.