Tu blanca mirada buscando cariño,
tus senos ocultos forzando la blusa,
tu boca sin rimel bebiendo infinito,
en cada palabra y en cada figura.
En cada figura que, de pronto eras
ay mujer de tarde, ay mujer de nunca,
toda renovada por la primavera,
vestida de vida, ladrona de luna.
No fue nuestro encuentro un acto sagrado,
si quise que fueras al fin la ternura,
mas fuimos solamente, dos que se miraron,
y vos que seguiste, y yo con mis dudas.
Mis dudas de entonces que siempre estuvieron,
pensando si estaba, en ti la bravura,
de encender las mismas llamas que murieron,
en otros otoños, con otras pavuras.
La respuesta pronto pude comprobarla,
tu solo pasabas............y así la premura,
de querer amarte con luz en mi alma,
solo fue quimera de rutas oscuras.
He amado de nuevo, de nuevo he perdido,
queda este poema marcando esa ruta,
tu blanca mirada buscando cariño,
tus senos ocultos forzando la blusa.
ALMAVIVA