A CANDIDA

Que frìo y que lùgubre es el silencio cuando acompaña a la soledad. Que dìficil es el seguir viviendo sabiendo que tù ya no estas. Que se me quedaron tantos temas abiertos sin saber muy bien que contestar. Que quize detener el tiempo, entonces me dì cuenta que no mandò en la realidad. Que frìo y que lùgubre es el silencio cuando acompaña a la soledad. Que se me escaparon en cuestiòn de minutos la sonrisa y la libertad. La libertad de besarte,la libertad de de abrazarte, de entregarte mis sueños y mis làgrimas mamà. Que poquito yo pedìa pero el dolor ya era herida y nunca màs se sanarà. Que frìo y que lùgubre es el silencio cuando acompaña a la soledad. De la tristeza a veces nace el valor y en medio de la inmensa confusiòn se tiene el coraje para pedir perdòn. Que momento de gloria para añadirlo a tu historia, hasta en tu muerte lograste unir a tu gente. Que frìo y que lùgubre es el silencio cuando acompaña a la soledad. Autor : Martin Lunary