Deseos reprimidos

Deseo amarrarte, comerte
olerte, oír tus jadeos
tu piel rozar, sentir tus manos
serpenteando mi cuerpo
elevarme hasta el cielo y juntos gozar,
vivir el momento, solo el momento,
y jamás regresar.
Luego tirarte, desecharte entero
si es necesario golpearte
hasta que llores por dentro
eclipsar tu alma con una palabra maldita
¡que cobre venganza mi alma marchita!
Víctima de tu hielo, también de tu fuego
víctima de aquel infierno, que provocó tu veneno
Víctima hasta de la locura
que causaron las ataduras,que mi alma vestía
para perderse de ver la tortura.
Dañarte hasta el fondo,
¡saltarme las reglas!
esas que interrumpieron
los deseos internos.
Me pesaron las alas
impidiéndome el vuelo
restricciones y normas
¡que da gracias que las tengo!
De no ser por ellas te mataría
y te quitaría, ¡ladrón!,
lo más tierno, ¡lo más bello que tenía!
Te haría trizas si por mi “ello” fuera
te herviría al fuego
¡y ni aún así quedaría satisfecha!
Luego de muerto también te mataría
tan solo mostrándote tu reflejo
¡el reflejo del odio que me escupías con letras!
Daño psicológico, que bien, ¡te felicito!
hay gente que lucha por hacerse fuerte
ignorando que halla cabezas de por medio
y tu eres uno de ellos.
Luego, cuando tu muerto y yo tranquila,
te metería en una caja
que echaría al mar de mis recuerdos
con cerrojos y candados
¡impedir que jamás vuelvas a hacerme daño!
perderte en lo profundo
y que no consigas salir de nuevo.
Cuando acabase contigo,
y mi furia estuviera sosegada,
cogería un abrigo para cubrir mis entrañas
que quedaron al aire libre
cuando la ira arrancó mi cuerpo
para ser liberada.
Al final de todo,
con lo que me quedaría de fuerzas,
asesinaría a ese “yo” nauseabundo
atado por las correas
que reprimían mis impulsos.
Desorientado, loco, agitado y temeroso,
ese “yo” hecho de dolor y sufrimiento
ya podría irse muriendo
aunque las profundas secuelas
me dejasen la carne a la vista.
Y yo quedarme tan serena
desplazándome tranquila en mi interno vacío
vacío de penas y llantos, ocupado tan solo
por un tenue y convaleciente
pero esperanzador ser vivo.