mis árboles

Estos son mis árboles invencibles, formidables.
Árboles en la estadística de lo absurdo
Con su imparcialidad verdusca y su desnudo parcial,
Árboles con su estela de luz polvorienta al atardecer,
Con sus ramas como avenidas psicológicas,
Árboles como una ceremonia solemne de la acera.
Cada árbol se sabe su sombra,
Su centímetro de espacio en la inmensidad vegetal.
Cada árbol inyecta su paisaje desprolijo.
Puedo contarlos a todos y ponerles un nombre
Que vaya más allá de lo estrictamente científico.
Puedo ordenar sus hojas por fecha de nacimiento
Salvo que el otoño ya este en pie.
Estos árboles los de mi pueblo, son míos también
Por ratos prolongados y en ausencias graves.
Por cada árbol de mi barrio tres baldosas cenicientas
Y un beso que le robe a la niña morena
Bajo la frondosidad de la noche oscura.
Por cada árbol un radiograma de vida,
Por cada árbol una muerte taciturna con su nostalgia.
En sus venas, porvenir de madera, savia pigmentada
De colores de bronca, de rabia y de algún sueñito.
Hoy me vengo acordando de sus cortezas sublimes
Mientras puteo un tango cordobés en voz baja y en quichua.
Si apenas puedo nombrarlos desde mi nostalgia exiliadora,
Contemplando como caen escamas, hojas y recuerdos.
¡Si! Estos son mis árboles
Puedo reconocerlos tras el biombo nebuloso de la esquina
Como a un fuego sagrado.
Pongo el pie a mis temores de no volverlos a ver,
Tal vez ya no estén cuando quiera adoptarlos.
Me tendré que ir serpenteando mi vereda,
Ahuyentado por tupidas sombras como espejismos finales.
Vendrás a buscar tu imagen en cualquier amanecer.
Tal vez la encuentres ¿por qué no?
Acaso yo no la encontré tirada ahí,
En la calle ahí con su forma mustia de mirar,
Acaso yo no la encontré y la deje inmóvil y serena,
Sabiendo que algún día ibas avenir con tus ojos de gato
A merodear mis árboles y apoyar tu cabeza lisa
Sobre mi paisaje menos feroz.
Ahora puedo volver seguro, invencible a llevarme mis árboles,
Ahora puedo volver porque sé que están escondidos
Como un ave migratoria.
Hoy volveré sin silencios, sin odios, sin futuros.
Volveré como un olvido a toparme con tu cuerpo.
No confundas mis árboles, sabes cuanto te espero.
Al final uno muere sin raíz.