Este presente ya no existe,
Al peso de nuestros años ha sucumbido
Olvidaran que alguna vez tú viviste,
Y tus acciones reposarán en el olvido.
En nuestros cuerpos quedaran las huellas,
Como testigos mudos de la última jornada
Mis ojos ya no brillaran cual relucientes estrellas,
Allá en el olvido, allá en la última morada.
Es el peso de la vida,
Los años que rápido van corriendo
Acercándonos más a la despedida,
Del ayer, que con el hoy esta muriendo.
Dices que tuyo es el presente,
Y todas las experiencias que hoy has adquirido
Que del pasado ya no eres consiente,
Porque son imágenes vagas que el ayer te ha transferido.
Un gesto de admiración,
A la naturaleza en todo su esplendor
Es ella que con la muerte nos sentencia
Ha habitar en el seno de nuestro creador.
Ángel R. Anaya Todos los derechos reservados a su autor
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