La historia de una horrible agonía,
es la que comenzaré a relatar,
de cómo sin saberlo un día,
recibí el temor de tener que caminar.
Yo era un niño feliz con sus padres,
que jugaba desde el día hasta la noche,
pero el día en que murió mi madre,
me abandonaron en una cobija sin coche.
Apenas había aprendido a pararme sin ayuda,
y ya me encontraba en un callejón oscuro,
al no saber hablar mi boca estaba muda,
y mi asustado corazón latía demasiado duro.
Sin capacidad no se sabe lo que hay que hacer,
pero se siente desagradable tener el alma vacía,
y ahora me pregunto que si volviera a nacer,
me tocaría vivir de nuevo esa terrible agonía.
En contra de mi voluntad renuncié a vivir,
ya que mi condición no me permitía luchar,
y justamente minutos antes de morir,
llegó una persona que me quiso ayudar.
En un mismo día perdí dos grandes amores,
mi mamá por muerte y mi papá por abandono,
y aunque desde ese día vivo con miles de temores,
en el fondo de mi alma lo amo y lo perdono.
Ese mismo día gané el más grande de los amores,
el de una nueva madre que mucho amor me dio,
y de quien hizo que ella aliviara todos mis dolores,
por lo que quiero que todos se enteren que fuiste tú Dios.
EFRAIN TRINIDAD RODRIGUEZ
PoetaDeDios, Morovis, P.R.
Copyright © 25-octubre-2006