Voy dando vueltas y vueltas
en un círculo de fuego,
sabiendo que tus oídos
no van a escuchar mi ruego;
se consume lentamente
mi corazón sin remedio
amando sólo tu imagen,
tu perfume, tu recuerdo.
Me siento aquí tan perdido,
tan lejos en el silencio,
y se agita mi alma, angustiada,
devorándote en secreto.
Todo vuelve al mismo sitio,
como un remolino eterno
en el que giran, perdidos,
mis sueños de amor perfecto.
Nuestros momentos se han ido,
mi tiempo ya está cumplido,
mi cáliz está repleto,
nuestro futuro: vacío;
mas, mi esperanza no ha muerto
y así, consumo mi sangre,
y mis días en este desierto.
Estoy aquí, mas, no vivo,
sólo camino y espero
para detenerme luego.
Voy dando vueltas y vueltas
en un círculo de fuego.-