TIENE LA MUJER...

Tiene los ojos marchitos en la mirada con que mira brotar la noche. Ojos vestidos de tiempo en medio de ese mirar inmóvil, cuando espera la tarde para sobrevivir. Ojos sublevados a la inmensa calma de su propio soñar, cuando junto al ocaso se da, rendida, al lucero de mil ansias enardecidas. Tiene los besos mulatos sobre el cálido manantial de la piel, urgida de iracundas osadías. Tiene las manos impotentes que se cubren de abundancias y deleites. Tiene los labios, oscuros e inconclusos que esquivan la codicia; sucumbiendo extasiados. Tiene la boca el anónimo recóndito que se entrega seductor al placer del desuso. Tiene la mujer el afán mudo de horas ásperas e insuaves, igual que el crepúsculo detrás de la aurora. Tiene la mujer el día jadeante y la madrugada inconsciente Tiene la mujer…la mirada mustia.