Parabola de un nombre

En la arena del mar,
un día de verano
escribiste mi nombre.
Y al mezclarse con ella,
mi nombre se hizo Tierra.
A mediodía, los átomos
de luz solar se fundieron
con la arena del mar.
Y el nombre se hizo Fuego.
En la pleamar las olas
se llevaron consigo el nombre.
Y éste se hizo Agua.
El atardecer, el viento
hizo a la arena revoletear.
Y el nombre se hizo Aire.
Y al final el nombre era
Tierra, Fuego, Agua y Aire.
Y como los elementos,
el mismo nombre
que tu un día escribiste
se hizo Inmortal.
Como Inmortal es
en el corazón de quien ama
el nombre de la persona amada.