Si la tristeza tubiera alas y fuera armada,
si pudiera transformarla en sonrisas adoradas,
si andubiera vagante en madrugadas sobre la nada,
estaría sentada recogiendo un mar de lágrimas.
Si la tristeza dejara de atormentarme la calma,
si pudiera sentir un corazón frágil y sin alma,
si consiguiera soñar, una eternidad inacabada,
pediria perdón por errores que hoy me callan.
Si la tristeza fuera hogar de mis penas saladas,
si acudiera a mi lado, después de que llegara,
si supiera como hacer del mundo mi semejanza,
abriría cuentos de brujas, sin estar enamorada.
Si la tristeza pudiera adormecer mis palabras,
si dejara de entorpecer mis actos con mi espalda,
si muriera entre las horas, dejándome cansada,
adoraría mis temores, que hoy tanto me dañan.