MI PRINCESA

 Porque vivo solo y no tengo

a nadie cuentas que dar,

yo te ofrezco mi Princesa

en prueba de nuestra amistad,

hacer o decir al mundo entero

lo que me quieras mandar.

Que yo con gusto por servirte

contaré la arena del mar.

Al cielo le robaré la luna

y también, su estrellita Polar.

Y en el desierto si lo quieres

un vergel yo sembraré

con una fuente de agua clara

para que puedas apagar la sed.

Allí plantaré parrales

donde te puedas solazar

con el canto de las sirenas

que te traeré de la mar.

Ellas untarán ungüentos

perfumados sobre tu piel.

Te cantarán bellas canciones

que te harán estremecer.

Te contarán bonitos cuentos

acariciando tu niñez.

Y trenzando tus cabellos

los harán embellecer

para que luzcas muy hermosa

como nunca lo fue mujer.

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Y si todo esto te parece

que es pura fantasía,

no te niego que a veces

sueño que  la noche,

no es noche, que es el día.

Pero como soñar es natural

yo no le temo a los sueños.

Sí le temo que al despertar,

no recuerde lo soñado

si soñé con tu amistad.