Que no se me olvide nunca
el dulce sabor del aire
de tu perfumado aliento:
Bésame, amor, que intento
aprenderme de memoria
de tus dos labios la gloria
y de tu amor el sentimiento.
Que no se me olvide nunca
la luz divina del cielo
que despiden tus miradas:
Mírame, amor, que anhelo
grabar por siempre en mi mente
el fuego luminiscente
de tus pupilas amadas.
Que no se me olvide nunca
el bello timbre de tu voz
acariciando mi oído:
Háblame, amor, te lo pido,
dime que tu corta ausencia
no agotará mi paciencia
y que vendrás a mí, veloz.
Que no se me olvide nunca
la tersura de tu piel
y la magia de tu cuerpo:
Déjame tocarte, amor,
y grabarme cada cima,
cada valle y cada puerto;
que sin tocarte estoy muerto
y siento un vacío atroz.
Que no se me olvide nunca
que eres mi vida y mi aliento,
mi motivo y mi sustento,
mi gran bendición de Dios:
Vuelve pronto, amor, que siento
que sin ti no hay alimento
que pueda tenerme vivo;
nunca me eches al olvido
y jamás digas "adiós".-