Exhortado al ver tu rostro angelical y
ante tanta belleza, como no sentir inspiración,
en ti, para escribir este delicioso poema de amor,
me inspiro en ese mar infinito entre aguas mansas y
jugos espumosos sobre mis labios deseosos de tanta,
pasión en el bosque frondoso de tus genitales donde,
húmeda toda tu amor, donde se hundo mis sentidos y
y mi lengua en la más profunda cavidad de tus tesoros.
Como no inspirarme con tan bella obra que Dios creó,
en este mundo donde nos enseñó lo que es amar,
amar y respetar a la mujer por encima de cualquier cosa,
he de reconocer tu sabiduría tu cuando creaste a la mujer,
para ser amada por el hombre y ella amar al hombre y
a sus hijos, dando la vida por ellos si fuese necesario que,
ella lo haga, la diste la perfección a la mujer ya que ella,
puede dar vida dentro de su cuerpo.
Dotaste a la mujer con todos los mejores dones que,
tenias en tus manos para hacerla perfecta, ella es capaz,
de dar todo su amor y jamás pedir nada a cambio,
la mujer es capaz de asombras con su belleza y
su grandeza divina, esa con la que la dotaste,
cariño por favor, no quieras ser como las demás mujeres,
porque a ti Dios te hizo, para destacar sobre todas las demás