He sentido el dolor más grande de mi alma,
me excluiste de tu vida y
mi dolor me llovó a soltar una lágrima
que bebí en silencio tras la puerta.
Te alejaste y los planes mutuos
quedaron en ausencia y agonía,
no dí marcha atrás, lo decidí...
Te arranqué de mi vida en un momento.
Mas el alma no quería alejarse,
la razón no deseaba olvidarte,
pero el corazón cayó a pedazos
y la tristeza inundó el pensamiento.
Quise salir corriendo tras tus pasos,
más tus planes estaban hechos y yo...
yo salía sobrando.
Ha sido lo más triste en mucho tiempo,
te he amado en silencio y sin embargo,
me alienta ver tu rostro solo un momento.
Quiero tenerte conmigo, no importa en que forma,
con tu rostro, tu figura,
tu mirada, tu dulzura,
quiero estar contigo sin problemas,
sin destino, sin fronteras, solo tuya.
Mas yo no incluyo en tu vida,
no vale la pena, sentir el dolor,
no vives de Dios.