Crisantemos en mi corazón

Gravito en la obnubilación
y rezo por tí y por los álgidos
momentos que pasé a tu lado.
Ya brotan crisantemos en mi corazón
contra mi destino lánguido...
¡ya me siento el alma flotando!
Sé que un día nuestros cuerpos
se confundirán en un sólo cuerpo
y, mientras, nosotros burlamos al tiempo.
Sé que la intersección de nuestros caminos
fue algo más que un azar del destino...
Tú eres mi alma gemela
tras la que yo tanto he andado,
tú eres, mi vida, una ofrenda
que Dios me ha dado.
Tú haces que un escalofrío
recorra mi ser cuando pienso en tí,
tú eres estío en medio del frío,
tú eres cuanto yo siempre pedí.