Hoy, más que nunca

Hoy, más que nunca
Hoy más que nunca te extraño
viejecita de cabellos blancos.
¡Cómo añoro escuchar tus palabras!
Y el timbre dulce de tu voz.
Tu voz que me consoló
cuando tu ausencia apagaba mi dicha.
Ya no estás aquí conmigo
¡mamita cuánto te extraño!
Extraño tus sabios consejos
y todo el amor que me diste.
Hoy más que nunca te extraño
¡Te extraño con toda mi alma!
Mi alma ha quedado vacía
desde el día que te fuiste.
Madrecita por favor,
ruegale a Dios por mi;
Dile que me mande consuelo
y un poco de resignación.
Ya no quiero llorar más
porque se que te pones mal.
Entiéndeme madre mía
y perdóname si te pongo triste,
yo sin ti,
¡me siento realmente perdida!
Palabras del alma
junio/11/2006
Martha Humphrey
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