ERES

Eres la piel sinuosa

que se alarga

y se prolonga

en declives

de inesperada pasión;

 eres el rumor

quebradizo

de las olas del mar,

eres el pecho encendido

que se yergue

detrás de la espuma;

eres la delgada fibra

que se aferra trepidante

a tus bordes

en el vaiven de tu cadera;

eres la carne herida

que se expande serena

más allá de la locura,

 de una tarde embravecida,

eres río caudaloso,

vibrante y sordo,

en los muslos

que abrazan madrugadas,

eres los besos revueltos

que pliegan su esencia

más allá del hastío

de una noche en madrugada

eres fuego hiriente

en la sombra de los labios

que se hincan

y se dilatan en su agonía,

eres boca y codicia

eres la delicada línea

de tu garganta

que azorada se ensancha,

quema y mata,

encrespadas soledades,

eres el antojo que amanece,

deslizándose por mi aliento,

eres,

en todo lo que te busqué,

lo prohibido.