Hola mi reina, hoy busco el calor
en tu nido, deseo la savia dulce
de tus besos. Tu poca prenda seduce.
Es de miel tus labios sin rubor.
Se humedece mi cuerpo de sudor,
apaga su sed mis dedos, ya induce
la zona más caliente y, me conduce
hasta el césped que guarda tu pudor.
Nuestra piel son jardines del deseo,
hay real jalea en tus senos, poseo
con ferviente pasión. Las caderas
febrilmente a las partes menean,
se unen, con ganas aun más se desean.
Esto es amor y amarse de veras.
Autor: Alcibíades Noceda Medina