DOS HISTORIAS

Una mujer indígena llevaba,
a su esposo el alimento al sembradío;
Y juntos lo comparten bajo un arbol,
mientras él comenta triste, que hará frio.
Que tal vez la cosecha se malogre,
si este año son duras las heladas.
Ella lo mira en silencio con respeto,
y con profundo amor en la mirada.
Ella confía en él y lo reanima;
Le dice que abrazados y junto a Dios
no habrá tragedias.
Que ella compartirá las dichas o los llantos,
pobreza o abundancia.Todo a medias.
Y acaricia con ternura su cabello,
diciendole a los ojos cuánto le ama.
Y él en la piel morena de esas manos,
encuentra el camino hacia la calma.
En un restaurante de lujo un caballero,
Espera a su mujer muy preocupado.
Este año ganará menos millones,
las cosas en la bolsa han cambiado.
Ella llega en su gran automovil,
fué por andar de compras su retrazo.
Al verlo lo saluda friamente,
sin entender que él necesita de su abrazo.
Cuando él le comenta lo que pasa,
Y que esta vez no habrá crucero en el caribe;
Ella rompe en una sarta de reclamos.
Él espera comprensión y.Ve lo que recibe.
Sin probar bocado se levantan.
El arroja unos billetes en la mesa.
No hay una despedida, solo gritos,
y ofensas con coraje y con tristeza.
¡ Vaya que son extrañas las cosas de la vida !
El frio y la pobreza hacen unirse a quien se ama.
Y el amor puede ser mas pleno en una petate
que en la mas lujosa de las camas.
La riqueza no comprará la dicha,
y La pobreza mas triste es la del alma.