ABSURDA

Soy tan absurda.
Caigo en la cuenta de lo mal que lo hago todo.
Mi auto-destrucción escrita en un papel.
Enumeraré la lista de errores que cometo cada día.
Me decido a olvidarme de la autocompasión.
"Pondré un pie delante del otro y caminaré" me digo en voz alta y para mis adentros, reafirmándome.
De nada sirve recrearse en el pasado,
en los pequeños desastres de la rutina.
Pero todo se me vuelve presente.
Mi cabeza se sumerge de nuevo en la parte negativa de cada cosa.
Soy un trozo de cielo que romperá a llover en breve.
Soy una flor que aún con cierta luz se apaga.
Parezco una anciana amargada.
Frustrada.
Infeliz con la felicidad en la palma de mis manos.
Apática.
Inconformista.
Mal pensada.
Soy tan absurda.
Tan mala compañera.
Porque ir a un lado o a otro me cuesta tanto.
Y todo me parece lo mismo.
Arrastro mi pesar por el suelo con una sonrisa.
Me reiré de mi cara, de este aspecto estúpido que tengo.
De esta insatisfacción permanente.
De ser tan cambiante y aborrecerme de mis propias historias.
Cada frase repetida.
Quejica, pesimista.
Me siento como si estuviera sola
en una calle repleta de gente.
Juro que me callo ya, que no te lanzaré estas continuas frases de desesperación.
Todo esto es tan tonto, lo sé.
Un entramado de líneas inconexas.
Caos en mi cabeza.
Un nudo en la garganta que nace de lo más pequeño.
Soy una gilipollas
que ha perdido el control de sus sentimientos.
Pregúntame de nuevo que ocurre, te lo intentaré explicar.
Y a medida que pronuncie cada palabra
volveré a desmotrarme lo absurda que soy.
Al día siguiente amaneceré con otra cara
y diré que estoy mucho mejor.
Mentira.
Posiblemente a las pocas horas
siga sintiéndome como una mierda.
E intentaré dejar la mente en blanco y mojarme la nuca.
Buscaré un abrazo para olvidarme un poco de todo, de mi misma.
De esta chica tan absurda que tienes delante.