aprendiendo a vivir sin ti

¡Dios mio! apaga mi sufrimiento
y mi voz cansada de llorar
busca consuelo a su quebranto
anhelando beber
pócimas de alegria
para mitigar este dolor
a ella, recompensala bien
soy el culpable de mi tortura,
es por la dulzura que le prodigue
sin pensar amarla tanto
donde recoge sus pasos?
quien guarda las llaves de sus ansias?.
es terrible mi condena
y mis dias se pudren
en esta soledad
por el brote de su dolor
señor?... si no vuelve,
dame la muerte
no quiero que mi suerte
corra a destiempo
donde al final de la travesía,
viviré,
esperando su sonrisa
para tan solo ser
juguete de la ironía
¡Dios mio! si tu poder
no aletarga mi pena
matame la pasión
matame el amor
para otra vez
cincelado por el sufrimiento
y cubierto por la congoja
nunca más, vuelva a querer