JESUS PRESO
Una lágrima resbala por su mejilla
ante la imagen de Jesús atado en el huerto.
Todos los presentes aplauden,
nadie le presta el más mínimo aprecio.
Entre Él y el otro.. diez adoquines...
se mueve en un circulo vacío,
de nada sirven sus lamentos.
A lo lejos una saeta ronca
recuerda las llagas del caído preso,
sin reparar en las que Él
tiene en su cuerpo.
Todos miran al cielo
y de reojo al andrajoso pedigüeño,
hasta la imagen milagrosa
pasa indiferente aumentando su desconsuelo.
Entre tanta gente sigue sólo,
la droga le hará compañía de nuevo.
Mientras, en iglesias, calles y paseos
se oirán miles de gritos ¡¡ Al Cielo !!
Por una estrecha calle, silenciosa,
se aleja buscando el polvo veneno,
calmará los sudores de su dolorido cuerpo.
Mientras, bajo la luna llena,
siguen cantando saetas
los que no supieron entenderlo.
Cerca de la orilla del río,
en el cieno...
un cuerpo semidesnudo, quieto,
espera ser llevado con paso lento.
Mientras, en el horizonte, aclara el cielo.
Jueves Santo...
Esta noche todos aplaudirán al Nazareno.