Esa mujer
apareció por vez primera
como sol de primavera
en el invierno de mi ser,
con la luz de su sonrisa
iluminó mis tardes grises,
llenándolas de matices
que ya había olvidado ayer.
Con su airoso andar, sin prisa,
y su cabello entre la brisa
jugueteando por doquier,
hizo renacer mis sueños
de amor en su nueva aurora,
los mismos sueños que ahora
le vengo, humilde, a ofrecer.
Esa mujer, con su nombre
delicioso entre mis labios,
me inspiró nuevas plegarias
que no se apartan de mi
(esa mujer es así)
Su dulce voz, sin agravios,
borró los viejos resabios
de amargura que había en mi.
Esa mujer hechicera,
de mirada soñadora,
es a la que mi alma adora
sin poderme contener,
esa es mi luz y mi aliento,
la paz de mi pensamiento,
a la que dudo en merecer.
Mi inquebrantable alegría,
la fuente de mi armonía,
¡mi todo!,-- esa mujer.-
Eduardo Ritter Bonilla.
EDUARDO, por primera vez leo tus poemas y el tema de ESA MUJER me gusto por la forma como lo expones con sencilles y con rítmica. Recibe las terceras diez plumitas de este tu amigo Colombiano. :risa_color: :risab: :-D jonaca51