Un adios adivino en tu silencio,
un adios, por prematuro, inesperado
cuando más te estaba amando
te alejas sin un porque,
ni un motivo explicado.
Sumida en la tristeza
y sin saber que ha pasado...
¿Acaso amor, nunca me has amado?
Esta es mi dolorosa duda,
si era amor, lo que me has dado,
o solo ha sido un juego,
del hombre que desea estar enamorado.
Puedo entender tu silencio,
que ya no me digas palabras de amor,
pero no puedo aceptar que te marches,
sin siquiera, decirme adios.
No puedo aceptar que te alejes
sin decirme, el porqué de tu adios,
sin sacarme de dudas,
de si un día en verdad, fuí tu amor.
Quizá no era a mi a quien amabas,
tan solo, a mis palabras de amor,
las que yo escribo en mis versos
soñando deciertelas de viva voz.
¡Está bien amor mío!
puedes marcharte sin rencor,
que yo, solo deseo tu dicha
aún a costa, de mi dolor,
pero no te marches nunca,
sin al menos, decir ADIOS.