Aquella señora, que tanto me ha seguido por doquiera,
y más con la intensión de destruírme.
Total, no quise ser el débil hombre,
de sus insinuaciones y desvestirme.
Ella ha jurado que no tendré en mi vida,
por fuerza de su propia voluntad;
quien me ame y quien me de algún día,
un poco de su amor y de felicidad.
Si acaso Dios permite tal blasfemia,
no creo sea por verme en algún mal;
si no para tenerla de rodillas,
el día que la vaya a castigar.
Aquella señora, yo sé que hasta maldice en mi nombre;
y juega sin piedad y sin moral,
posee unos poderes infernales,
protéjeme Señor de su maldad."
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!