Te sirvo si pagas con tus desgracias
una cerveza y atención por mi parte,
me da vergüenza, lo siento, el cobrarte;
las birras valen menos que tus gracias.
Camarero acepta mi donativo,
que las inquietudes vuelan tu barra,
a más de uno lo bajas de la parra,
y a más de dos lo echas por vomitivo.
Dame más para alcoholizar las penas,
¡no, otra no!, tu magia necesito,
esa que escucha y serena verbenas.
Me voy tranquilo, aquí termina el rito,
hasta mañana; pago y adiós muy buenas,
que aquí te dejo con otro amiguito.