Soy el eco de un silencio en la penumbra;
Un navío a la deriva en Altamar,
la distancia y el olvido conjugados,
el misterio y la armonía; por amar...
Por amar rompo barreras, subo cimas,
y me razgo lentamente el corazón;
sobrevivo al olvido y los desdenes,
aunque viva sin tener una ilusión...
Sin tener una ilusión; desciendo simas,
y mi Fe no tiene miedo a sucumbir,
pues aunque ahora me debato entre la nada,
aún me queda una esperanza por vivir...
Por vivir respiro hondo;
abrazo mi alma,
me levanto una y mil veces sin llorar;
Por vivir miro hacia el cielo cada noche,
¡y te escucho todavía suspirar!