Recuerdos, pedacitos del alma mia,
amaneceres y ocasos de mi niñez,
que se agolpan a la vez,
y me arañan noche y dia.
Esperanzas, dulcisimos engaños,
corazones de cristal, fugaces relampagos,
de mis sueños vagos,
de mis locuras, amores y desengaños.
Suspiros, flores que con el tiempo se fueron marchitando,
mas cuando pienso en vosotros, en aquel dulce imaginar que yo tenia entonces de niña soñadora,
tornais de nuevo a mi,
haciendome a veces llorar y otras sonreir,
como una fiera devoradora.
Recuerdos, pedazitos de alma,
retales de mis vivencias,
amigos de mis experiencias,
en la tempestad y en la calma.