Ahí estás parada frente a mi vista,
provocando deseo en mi cuerpo,
insinuando que deseas que te desvista,
y dejándome tan tieso como un muerto.
Tus ojos parecen luces brillantes en la lejanía,
y tu cabello como catarata que recorre colinas,
tus labios luciendo sabrosos desde que venías,
y tu piel deslumbrando la ruta en que caminas.
Qué hermoso mirar el terremoto de tu caminar,
que hace retumbar la punta de tus montañas,
que provocan que yo tenga que examinar,
los rincones de tu cuerpo que a mi vista empañan.
Colocar una mano sobre tu piel tan fina,
es como acariciarle el rostro a mil ángeles,
y sentir el aroma de tu esencia femenina,
es mejor que el arte de mil pinceles.
Besar tus labios es perderse en un nuevo mundo,
que hace que despierte una pasión desenfrenada,
que provoca en el cuerpo un deseo muy profundo,
y que me hace pensar en poseerte más que en nada.
Al hacerte el amor pierdo por completo mis cinco sentidos,
ya que se unen todos para que la lujuria salga disparada,
y mientras mi vaivén disfruta de esos minutos vividos,
mi cuerpo se prepara para disparar la pasión desenfrenada.
EFRAIN TRINIDAD RODRIGUEZ
PoetaDeDios, Morovis, P.R.
Copyright © 20-octubre-2006