Pronto será la metástasis
la inocua verdad del huesped del espanto,
locura innata y presumiblemnte
aturdida, desde el llano,
por la poca irritabilidad
de lo penoso.
Sin embargo,
y en pos de aclarar permanencia,
la símil inquietud
de lo quejumbroso,
es ni mas ni menos,
que un racimo de palabras
ajenas a los crepúsculos.
Amar y perder,
voltear al sendero
donde ya no se pisará mas,
y al menos,
la verborragia del horizonte
es la única salida
de estos huesos que se mancillan
y se entregan.
Confío en la destreza
de cada perpendicular
procedimiento y merodeando
alguna que otra sinopsis,
me acerco a sus resúmenes
callados y beatos.
Así me despliego,
en trozos de banderas
mercenarias,
de un lado y del otro,
para que me mires
cuando la verdad
de lo absoluto me desangre
frente a todos tus ayeres!