Te sueño dormido y te cuido despierto,
mi alma codifica las ondas de tu belleza.
Al verte reposada serena, los puños aprieto
y onírico bebo de la fuente de tu naturaleza.
Trae aun más recuerdo soñándote dormida,
sin ver tus ojos, mi alma siente que me miran,
tus labios zafiro, mi sueño también lo cuida.
Corazón y alma, al verte tan bonita, suspiran.
Hasta en el espacio del sueño te sigo amando.
Te sonrió como si estuviese frente a un espejo,
saber que no me ves, tu mirada estoy añorando.
Tu cuerpo transfiguro, en los modos más complejos.
Los cuerpos descansan cerca y se transmiten amor.
Es tan hermoso tenerte siempre, de noche de día,
la ensoñación de tenerte me impulsa ser soñador.
Contigo ya es el cielo, que tantas veces yo pedía.
Autor: Alcibíades Noceda Medina