Tu pesadilla siempre me acomete,
me das el néctar y después me niega.
En sueño te busca la mano ciega,
acariciando tu cuerpo busca deleite.
Mi absurdo corazón es rehilete,
implorándote sin rendirse brega,
por dar pasión pura no se doblega,
desea darte amor, no por matasiete.
Amándote este amor mío agoniza
mientras tanto yo, poco tomo parte
en reyerta de amar, no tengo arte.
Abrasado en hoguera seré ceniza
y tú sonrientes me dirás perdiste.
Yo polvo; para ti mi amor persiste.
Autor: Alcibíades Noceda Medina