Que inmensa ofrenda me diste
al tatuar con mi nombre
tu alma...
Al señir en tu pecho, mis labios
que se grabaron con tintas
de esperanza...
Me abriste tu corazon,
y me enseñazte que cuando
un hombre ama...
Transpasa la razon con su locura,
rompe el viento con sus manos
y consume con pasion
el fuego de la vida,
entrega su existir sin importar
las heridas, batalla como un guerrero
en busca de su pricesa,
luchando por besarla
aunque no pueda tenerla.
Asi luchaste, por mi,
pero yo no supe apreciarte,
no supe perdonarte,
y entender que el unico
perfecto es Dios...
Solo puedo darte una ofrenda,
llevarte simpre, en mi mente
con un infinito agradecimiento.