De mi numen seráfico y frenético,
casi siempre simpático y eufórico,
como de hondo depósito retórico
de una música armónica, lo estético,
por pragmático, más que por sintético,
he querido en vorágine de dórico
y en un árido campo metafórico,
inspirarme con ímpetu homilético.
Pero es tal el obstáculo y raquítico
el soneto, tan lúgubre y polémico,
que es intrépido no perder la brújula
ante el clásico estilo paleolítico,
cuánto más que juré desde académico
descartar de mi léxico la esdrújula...
Heriberto Bravo Bravo SS.CC